Las casas hechas de bambú buscan su rincón en España

El bambú es uno de los mejores materiales para la construcción de viviendas. Ya desde la antigüedad se utilizaban las cañas de esta planta para elaborar casi cualquier tipo de proyecto. Destaca gracias a sus propiedades especiales como su flexibilidad, la maleabilidad y resistencia del material. Además, su durabilidad y poco peso son ideales para construir de forma rápida casas que brillan por su resistencia, eficiencia y bajo coste, ya que el material es sencillo de producir. Esta planta se ha utilizado tradicionalmente en toda Asia y parte de Sudamérica, pero cada vez despierta más la atención de los arquitectos internacionales.

Se trata de uno de los materiales más ecológicos, ya que su ciclo de crecimiento dura alrededor de cuatro años y además las plantaciones de bambú captan parte del dióxido de carbono, por lo que las grandes extensiones de este material también ayudan a purificar el aire que respiramos. De este modo, algunos arquitectos de Europa se han decidido a echarle un pulso al hormigón y otras maderas en favor del bambú. En regiones del sudeste asiático, como Vietnam, Bali o Nepal, así como en Brasil, Colombia o México, muchos jóvenes arquitectos están desarrollando proyectos experimentales para la construcción de viviendas con bambú y parece que los resultados son muy exitosos, abaratando costes y ofreciendo la oportunidad de una residencia a sus ciudadanos.

Sin embargo, en España todavía no se puede hacer uso del bambú como elemento estructural para la construcción de viviendas, y tampoco en el resto de Europa. El bambú es una planta que aparece donde reside aproximadamente el 72% de la población global, pero no es una planta autóctona de Europa, por eso, el viejo continente carece de tradición y cultura con este elemento. Aún así, son cada vez más las empresas, arquitectos e investigadores que están uniendo fuerzas para modificar la legislación y permitir dicho material como uno más para la construcción de casas unifamiliares y pisos de poca altura. Son muchos los arquitectos que lo consideran el material del futuro, por su abundancia, su velocidad de crecimiento y por ser uno de los mayores captadores de CO2.